Mi mujer es una preciosa japonesa a la que los años no le han pasado factura, además tiene una postura seria y elegante que me vuelve loco. Hoy me ha sorprendido en gran medida cuando me ha pedido que fuera al baño y me la he encontrado masturbándose en la ducha con el chorro de agua presionando su clítoris.
Acto seguido me ha pedido que la grabase para que pueda tener buen material con el que satisfacerme en su ausencia. Tras sensibilizarse el coño con el potente chorro de la ducha, se ha sacado su consolador y ha empezado a masturbarse hasta correrse. Me ha puesto tan cachondo que me he pajeado encima de sus braguitas.