Este fetichista se lleva a una joven putita al baño, haciéndola ponerse un collar de perro con el que manejarla. La desnuda y la hace lamerle la polla. Ella se deleita como una guarra ninfómana que termina a cuatro patas como una preciosa perrita asiática que disfruta al máximo de las perversidades fetichistas de su cliente.