Sabrina era una tailandesa que siempre terminaba liándola en la discoteca, esa vez había terminado en chirona. Pero el policía no pudo aguantar sus ganas de probar ese dulce coño al ver entrar a la asiática buenorra empezando por lamerle el coño en cuanto la hizo abrirse de piernas para registrarla. La puso tan cachonda que la follada posterior culminó en un orgasmo aullador.